lunes, 25 de febrero de 2013

El santo abandono a la Divina Providencia



La acción divina está presente siempre y en todas partes, aunque no sea visible sino a los ojos de la fe.


Todas las creaturas están vivas en las manos de Dios; los sentidos solo perciben la acción de la criatura, pero la fe ve en todo la acción divina. La fe cree que Jesucristo vive en todo y obra todo a lo largo de los siglos, y que el más breve momento y el más pequeño átomo encierran una porción de esta vida escondida y de esta acción misteriosa. La acción de las creaturas es un velo que cubre los profundos misterios de la acción divina. Jesucristo, después de su resurrección, sorprendía a sus discípulos en sus apariciones: se presentaba ante ellos bajo aspectos que lo ocultaban, y apenas se daba a conocer desaparecía. Este mismo Jesús, que sigue estando vivo y sigue obrando, sorprende también hoy a las almas que no tienen una fe suficientemente perspicaz.


No hay momento alguno en que Dios no se presente, bajo la apariencia de alguna obligación o de algún deber. Todo lo que se hace en nosotros, a nuestro alrededor y por medio de nosotros, encierra y recubre su acción divina, que está ahí muy real y muy ciertamente presente, pero con una presencia invisible, lo que hace que siempre nos sorprenda y que sólo conozcamos su operación cuando ya ha pasado. Si horadásemos el velo, y estuviésemos vigilantes y atentos, Dios se nos revelaría sin cesar; y nos gozaríamos con su acción en todo lo que nos ocurre: ante cada cosa diríamos: Dominus est, ¡es el Señor!, y en toda circunstancia encontraríamos que recibimos un don de Dios; consideraríamos a las creaturas como muy débiles instrumentos entre las manos de un operario omnipotente, y reconoceríamos sin dificultad que nada nos falta, y que el cuidado continuo que Dios tiene de nosotros lo lleva a proporcionarnos, en cada instante, lo que nos conviene. Si tuviéramos fe, estaríamos bien dispuestos hacia todas las creaturas; las acariciaríamos y les agradeceríamos interiormente por todo lo que ellas nos sirven y se tornan tan favorables a nuestra perfección, aplicadas por la mano de Dios.



Padre J.P. de Caussade SI
Tratado del Santo abandono a la Divina providencia


Este fin de semana aprendimos a confiar mas en este abandono, hoy al leer el "Tratado del Santo abandono a la Divina providencia" no dudamos en subirlo y compartirlo, confiamos que es una ayuda a nuestra misión y abandono, damos gracias a todos lo que nos acompañan a los que se suman día a día a vivir este camino como cristianos, juntos a través de la oración seguiremos en este camino de fe siendo testimonios vivos...
" Lo que la IGLESIA es en lo grande, es la familia en lo pequeño: una imagen del amor de dios en la comunión de las personas. Todo matrimonio se perfecciona en la apertura a otros, a los niños que son don de Dios, en la acogida mutua, en la hospitalidad, en la disponibilidad para otros. [1655-1657]"
No tengamos miedo de decirlo gritando a los cuatro vientos ...Dominus est, ¡es el Señor!

Gracias Juan y María por este fin de semana compartido como verdaderos cristianos, gracias Padre Carlos por irradiar tanta luz, confiamos que ha sido el Divino Niño quien nos guió hasta usted y nuestra Madre María Estrella de la Nueva Evangelización resplandezca los sacramentos que hemos tomado, seguiremos unidos en oración, que pronto podamos compartir vivamente esta divina providencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario