RECORDANDO NUESTRA VISITA AL SANTUARIO EN EL 2012
HISTORIA Y MILAGRO
Hacia el año 1630, un cierto portugués, de nombre Antonio Faría de Sá, hacendado de Sumampa, jurisdicción
de Córdoba del Tucumán, pidió a un amigo suyo, Juan Andrea, marino, que le trajese del Brasil una imagen
de la Concepción de María Santísima con el propósito de venerarla en la Capilla que estaba fabricando en su
estancia. Juan Andrea cumplió el encargo y le trajo no una, sino dos imágenes de Nuestra Señora, que llegaron
al puerto de Buenos Aires. Una, según el pedido, era de la Purísima Concepción; la otra, del título de la
Madre de Dios con el niño Jesús dormido entre los brazos. Desde luego entendieron los arrieros tal disposición del Cielo de que la imagen de la Virgen encerrada en tal
cajón debía quedarse en aquel paraje y así siguieron con la otra a su destino
Anterior Siguiente EL MILAGRO DE LA CARRETA Anterior Siguiente Menú Principal Hacia el año 1630, un cierto portugués, de nombre Antonio Faría de Sá, hacendado de Sumampa, jurisdicción
de Córdoba del Tucumán, pidió a un amigo suyo, Juan Andrea, marino, que le trajese del Brasil una imagen
de la Concepción de María Santísima con el propósito de venerarla en la Capilla que estaba fabricando en su
estancia. Juan Andrea cumplió el encargo y le trajo no una, sino dos imágenes de Nuestra Señora, que llegaron
al puerto de Buenos Aires. Una, según el pedido, era de la Purísima Concepción; la otra, del título de la
Madre de Dios con el niño Jesús dormido entre los brazos. Desde luego entendieron los arrieros tal disposición del Cielo de que la imagen de la Virgen encerrada en tal
cajón debía quedarse en aquel paraje y así siguieron con la otra a su destino Menú Principal Ambas imágenes fueron colocadas en dos cajoncillos y subidas a una carreta. Al llegar a las orillas del Río Luján,
en la estancia de Rosendo, los troperos se detuvieron allí para pasar la noche. Al día siguiente, una clara mañana
de Mayo, queriendo proseguir el camino no pudieron mover la carreta. Admirados de la novedad pasaron a
individualizar la causa y declaró el conductor del convoy: “Aquí vienen dos cajones con dos bultos de la Virgen,
que traigo recomendados para una capilla de Sumampa”. Cuando abrieron el cajón, hallaron una bella imagen
de Nuestra Señora de la Concepción, de media vara de alto y con las manos juntas ante el pecho. Luego de
venerar la Santa Imagen la llevaron en procesión a la casa de Rosendo y sus dueños le levantaron un humilde
altar. Fue entonces cuando un joven negro llamado Manuel- dijo: “Sáquese de la carreta uno de los cajones
y observemos si camina”. Así se hizo, pero en vano. “Truéquense los cajones”, replicó él mismo. Entonces
ocurrió que al cambiar los cajones y al tirar los bueyes la carreta se movió sin dificultad.
Agradecemos de una manera muy particular por su apertura testimonio y cordialidad con nuestra familia a...
RECTOR Y PÁRROCO Pbro. José Daniel Blanchoud
(Arquidiócesis Mercedes-Luján)
AQUIE PUEDES VER PELICULA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJAN...
No dejaremos de recodar a las hermanas Familia Misionera Donum Dei
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